domingo, 11 de julio de 2010

¡QUE NO SE ACABE EL MUNDIAL!

A escasas horas del partido final del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 (España – Holanda) quisiera que llueva endemoniadamente con granizo, que caiga un meteorito en la cancha, que se intoxiquen los jugadores de ambas selecciones, que pase cualquier cosa que impida que se lleve a cabo este encuentro, que pase algo para que lo suspendan y aplacen el partido aunque sea una semana más para que la pasión del fútbol siga latiendo, para que el ambiente festivo y alegre siga invadiéndonos, para que los ánimos masculinos sigan a flor de piel; que la ansiedad y la emoción que se vive en todos lados nos siga acompañando y para que, sobre todos los hombres, mantengan sus enormes sonrisas y su energía volcada en esto que los hace inmensamente felices.

Les aclaro que no me gusta el fútbol, no me interesa el mundial y mucho menos sufro por los equipos que se van quedando en el camino. Mi “pasión” por este deporte, si se le puede llamar así, llegó hasta finales de los 90’s, cuando Sergio Goycochea era arquero de la Selección Argentina, Lothar Matthäus jugaba en la Alemana y los hermanos Ronald y Frank de Boer hacían de las suyas vestidos de naranja con la de Holanda. Si me acuerdo de ellos es porque me fascinaban físicamente no porque admirara su juego. Y creo que también me gustaba saber o “estar” para hacerme la interesante hablando de fútbol con el sexo opuesto y nada más, ya no me importa desconocerlo todo o no entender la mecánica del juego, prefiero dormir o ver una película antes que un partido entero (el de hoy si lo veré!!).

Pero con lo hombres es diferente, es como si cambiaran completamente a modalidad fútbol: hablan de fútbol, sueñan con fútbol, respiran fútbol y no les interesa nada más que el fútbol. Buenísimo, es el mes y pico más feliz de ellos, es SU momento y no tenemos porqué quitárselo o compartirlo con ellos. Así como el género masculino no disfruta cambiándose de peinado, arreglándose las uñas o yéndose de shopping, nosotras no tenemos porqué aparentar estar interesadas en el Mundial si no lo estamos y aunque ellos no lo digan, créanme que NO les interesa compartir esto con nosotras. Está bien que hay algunas mujeres a las que le gusta el fútbol y disfrutan tanto como ellos, pero son muy pocas así que el resto aproveche ese tiempo, haga sus cosas, duerma, lea, tómese un café con sus amigas y déjelos tranquilos. No necesitan que estemos pegadas a su lado acompañándolos y haciendo preguntas, para ellos, estúpidas y lógicas.

Veo a los hombres que me rodean y es tan notorio el cambio que presentan en estas semanas... Esperan 4 años para esta cita, se preparan como si fueran un jugador más de su selección (y si no tienen selección presente encuentran una para alentar con todas sus fuerzas), compran camisetas, entran en la moda de las insoportables vuvuzelas, apuestan en las “pollas” futboleras, siguen cábalas victoriosas de años anteriores o implementan nuevas para asegurar el triunfo, se reúnen con amigos a cocinar pizzetas y tomarse unas cervezas mientras sufren y disfrutan de esos 90 minutos de fútbol... Y si en la mitad del camino su selección queda por fuera, se lamentan, guardan duelo pero siguen adelante disfrutando de los partidos que quedan. Son días de fútbol, días de disfrutar de su deporte favorito, días donde todo lo demás pasa a un segundo plano: el trabajo, sus parejas, sus obligaciones, sus necesidades, todo!!! A veces pienso que se debería hacer el Mundial cada 2 años o que durara por lo menos 3 meses, sé que sería imposible por todo lo que esto implica pero seguramente todos seríamos más felices.