martes, 14 de diciembre de 2010

¿LA DULCE ESPERA?

Ya lo dulce quedó atrás. Ahora se está tornando amarga y larga la espera. Entre el calor endemoniado, el no tener fecha para la cesárea, el no saber qué pasa allá adentro (se acabaron las ecografías), la hinchazón, la malparidez alborotada, la falta de ropa, el mal dormir, la “miadera”, el cansancio, el dolor de espalda y de articulaciones, la ansiedad, cada día parece una semana y el nacimiento de Martina parece tan lejano e inalcanzable como la paz mundial.

Los 8 meses maravillosos y placenteros de embarazo que tuve se borraron con estas últimas semanas, y la tranquilidad también quedó atrás dándole paso a la angustia, la incertidumbre, la ansiedad, los nervios... Ahora que estoy a punto de parir tengo un “cagazo” que no se imaginan y he decidido que quiero tener a mi hija por medio de cesárea. Lo siento pero eso del parto natural y que me salga por abajo no me emociona para nada, así sea el llamado de la naturaleza... Que no se moleste en llamarme y el que quiera voltear los ojos por mi elección que lo haga. Es mi cuerpo, es mi hija, es mi ansiedad y es mi decisión!!

Primero, eso de estar esperando las contracciones, de ver si se ha dilatado y salir corriendo para la clínica cada que uno cree que se vino el bebé no me parece. Y mucho menos eso de “romper bolsa” en cualquier momento, en cualquier lugar... Y que después le hagan a uno una episiotomía menos (para los que no saben es cortarle un tajado allá abajo pa que salga mejor el bebé). Aunque digan que el parto natural no duele y que la recuperación es más rápida, no me interesa. No me importa la cicatriz de la cesárea y tampoco tengo afán en estar parada moviéndome de un lado pa otro. Esperé 9 meses para anidarla y conocerla puedo esperar un par más para lo que sea. Igual no tengo trabajo ni a quién rendirle cuentas, estoy para dedicarme a mi hija y estar echadas durmiendo, comiendo o simplemente mirándonos...

Pero esta decisión acá no es tan fácil, al parecer en Argentina es “ilegal” programar una cesárea si no hay problemas con el bebé o la mamá. Y me emputa y ofende enormemente no poder decidir cuándo y cómo tener a mi hija!!! Hágame el favor!!!! Yo no soy médico y tampoco quiero poner en riesgo la vida de mi hija pero seguro a partir de la semana 39 ya están listos los bebés para enfrentar al mundo y si quiero cesárea pues no debía ser tan complicado... Es tan simple como venga el lunes 20 de diciembre a las 5:00 p.m., firme aquí, vaya allá... Pero no, me toca esperar otra semana para volver donde la obstetra, ver cómo va el negocio y rogarle para que me programe una cesárea lo antes posible, ya estamos listas, ojalá Martina colabore!!

Y en estos días no puedo parar de comer, me volví a arrancar el pelo, lloro con cualquier cosa y me emberraco cada que me entero que Fulanita programó cesárea en la semana 38 para tener a su hijo pues ya estaba desesperada, o que Sutanita decidió inducir el parto con 10 días de anticipación a su fecha para no seguir inflada en las fiestas, y yo aquí esperando, engordando, quedándome calva, esperando y esperando...

3 comentarios:

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  2. Haya paz!!!
    Creo que la gente no comentó porque se asustó de ser regañada! jajaja
    Te leo, te sigo.
    Besos enormes!
    Pablex

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  3. Jajajaja, hasta hoy que volví al blog vi tu comentario, mil gracias por leerme y si, este es mi espacio pa descargarme, mi terapia de desahogo asíq ue siempre será con este estilo, espero que sigas leyendo, saludos, O.

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