viernes, 22 de junio de 2018

LAS REDES Y LA MOJIGATERÍA

Si hay algo que agradezco infinitamente en esta vida es no haber crecido en el auge de las redes sociales, haber podido disfrutar de una adolescencia y de unos años universitarios libres de videos, juicios de valor y señalamientos gratis por mis actos. Haber vivido una juventud tranquila, amable, genuina, sin la condena desaforada del otro. De lo contrario, seguramente mi reputación no sería la misma, hubiera pagado un par de multas más aparte de las de tránsito, me hubiera tocado hacer algún video explicativo o pidiendo perdón, servicio comunitario y quién sabe qué otras cosas para “encajar” en una sociedad mojigata y de doble moral como la nuestra. Obviamente crecí, cambié y mejoré como persona, y todavía me falta…

Ya es pan de cada día encontrar “noticias”, informes o chismes donde lapidan al protagonista de alguna foto o video sin analizar el contexto, lo que está detrás de lo que se ve, sin derecho a una réplica o una explicación por parte del “culpable”. Eso viene después, cuando puede ser demasiado tarde, cuando el daño ya está hecho. La presión mediática está descontrolada y todos hacemos parte de este circo.

El partido Colombia – Japón en el Mundial de Rusia que se juega actualmente, trajo consigo (aparte de la derrota) una cantidad de conflictos y de moralismos dignos de análisis antropológicos, que siguieron perpetuando la guerra en las redes que dejaron las elecciones presidenciales. Por todos lados insultos, amenazas, acusaciones; en algunos casos infundados, en otros con toda la razón, poniéndonos a pensar un poco sobre nuestro propio actuar. Todos tenemos que hacer un análisis interno y ver en qué estamos fallando como miembros de la sociedad, qué es lo que le vamos a inculcar a nuestros hijos que están tan expuestos a todo esto; antes de ir lanzando juicios y señalando olímpicamente el accionar ajeno.

El caso de Luis Felipe Gómez, quien se tomó un aguardiente que le brindó un conocido que lo había “encaletado” en unos binoculares, raya en la ridiculez. Vi el video en varios grupos de whatsapp, todo risas, que ahí estábamos pintados los colombianos, que el guarito de la felicidad después de tanta tristeza, que maravilloso el escondite. Cuando le metieron ética y moral, todos otra vez a opinar pero al revés, a hablar del mal ejemplo que daban, lo mal que hacían quedar a nuestro país, cambió el discurso al mejor estilo Petro. Y con tanto bombo, terminaron despidiendo a Luis Felipe de Avianca. El no lo entró, él no habló, se lo tomó y listo, se iba yendo… Yo en la misma situación seguro me hubiera empinado esos binoculares, hubiera hecho la ola y entonado un eh eh epa Colombia (esa si que nos hace quedar mal). ¿Es un bandido, un mal tipo, por recibir un trago? No creo. ¿Se merecía que lo echaran de su trabajo? Tampoco lo creo.


Según tengo entendido, las leyes prohíben desde hace varios años consumir bebidas alcohólicas en los recintos deportivos europeos pero para el Mundial se levantó esta medida, y al ser Budweiser unos de los patrocinadores del mismo, está permitida la venta de cerveza en los campos y en las zonas de aficionados. Se puede consumir alcohol, no se puede es entrarlo. Luis Felipe no lo hizo. Lo recibió y no creo que uno en ese momento piense si está bien o no tomárselo. Como muchas otras cosas que hacemos impulsivamente en nuestro diario vivir y que después analizamos y entendemos. Cuando vi que Luis Felipe era el de la mitad del video, no el de los binoculares ni el que hablaba, no lo podía creer (no lo conozco pero me pongo en su lugar) ni puedo todavía entender el proceder de Avianca. Además esta aerolínea hablando de principios y ejemplo cuando hace lo que le da la gana con los pasajeros, siempre tiene las de ganar, maltrata, sobrevende vuelos… déjense de joder. Para hacer juicios éticos y morales primero deben aplicarlos.

Por otro lado, está el caso de Guillermo Cárdenas Morales haciendo repetir a unos japonesas “yo soy perra”, deplorable en todo los sentidos. Se emborrachó y le salió mal el chiste, se le subieron los tragos y la malicia indígena a la cabeza. Vergonzoso. Cada día se desdibuja más la delgada línea entre lo supuestamente divertido y lo grotesco. El tipo es un desubicado, un irrespetuoso, un pelmazo, sí, todo eso y más. Con el escarnio público al que está siendo sometido seguro nunca más en su vida va a hacer otro comentario misógino o desobligante contra las mujeres. Le sacaron su Fan ID, se le jodió el Mundial y fue humillado como lo hizo él con las japonesas. Aplausos. Cualquier hombre va a pensarlo dos veces antes de mandar un chistecito así a sus amigos por más privado que sea. Pero ¿amenazas de muerte?, ¿castración?, ¿cárcel?... ¿Por qué no montan el mismo show con la cantidad de violadores, pedófilos, asesinos y golpeadores que aparecen a diario?, ¿porque no hay videos? Todo por hacernos los dignos en el exterior…

Yo me considero una persona de bien, creo que hago muchas cosas positivas y pongo mi granito de arena por tratar de construir un mundo mejor. Pero también admito que he hecho cosas que no son para obtener una medalla ni para sentirme orgullosa… También he entrado alcohol a lugares prohibidos como conciertos, hice la fila de embarazadas sin estarlo, aprovechándome de los kilitos de más y la pancita cervecera, saqué mi primer licencia de conducir acá en Buenos Aires a los 40 años, en Colombia siempre alguien “me hacía la vuelta”. También acá saque visas directamente, sin intermediarios, por primera vez. No he robado, no he matado, no me he metido con los hombres de mis amigas, dono, trato con respeto a todo el mundo y también he comprado DVD´s piratas…

No estoy haciendo una apología a la cultura del vivo bobo. Es un sincericidio, un llamado de atención para todos, para volver a trazar la desdibujada línea de lo correcto e incorrecto, de lo prohibido y permitido, para acordarnos que las normas son para cumplirlas, nos vean o no. Pues creo que sentimos que atentamos contra algo o infringimos alguna ley solo si hay testigos de nuestro proceder o si afectamos directamente a alguien, cuando hacemos un daño personal y no en las pequeñas cosas de la vida cotidiana a las que desafortunadamente estamos acostumbrados. De todos estos episodios bochornosos quedan enseñanzas. Pensemos antes de enseñarle a los niños a putear porque es divertido y se “oyen tan lindos”… Pensemos si vale la pena compartir los memes de Pablo Escobar anotando el nombre de la próxima víctima… Tenemos mucho por pensar…

Pensar y actuar… Porque es muy fácil señalar desde afuera. Cambiemos nuestra mentalidad criolla y tercermundista en la cual el vivo se desataca y tiene las de ganar. Los grandes cambios empiezan por pequeños pasos y en nuestras manos está empezarlos a dar. Dejar de adelantarse por la mano derecha en las carreteras, respetar a los peatones, dejar de colarse en las filas, dejar de hacer maromas para pagar menos impuestos, dejar de ofrecerle plata a un policía para que no nos multe o se lleve el carro a los patios, dejar de insultar a los meseros y señoras del servicio porque no nos entendieron, dejar de parquearse en cualquier lado porque son solo 3 minuticos, dejar de robarle internet al vecino, dejar la impuntualidad = respetar el tiempo del otro… No tirar basura a la calle, recoger el popó del perro… Tener a los empleados en blanco, pagar en tiempo y forma… Podría estar todo el día enumerando las cosas por dejar de hacer y redactar un nuevo manual de valores, pero todavía no creo ser la persona indicada. Muchos de los que hablan y señalan a Luis Felipe son de verdad, en la práctica, no muy buenas personas, pero no hay grabaciones que lo soporten o sustenten. Así que los invito a callarse, mirar para adentro y empezar a cambiar en la casita.

Aparentemente hemos evolucionado como sociedad y eso es maravilloso, pero ahora está “el gran hermano” pendiente de todo y mostrándonos que no siempre las cosas son como creemos. Ya es salir enmascarados por la vida o tomar consciencia real de nuestras acciones y dejar de lado el afán y la necesidad de mostrar todo lo que se hace, cómo se vive... La vida perfecta solo existe en las redes y por ellas mismas puede desaparecer. Si pasara como en la película española Perfectos Desconocidos y dejáramos nuestros celulares al alcance de todos para leer nuestros mensajes, ver nuestras fotos y videos, ¿qué nos encontraríamos? El que esté libre de pecado, que rompa el primer plato (el que lo entendió, lo entendió).










8 comentarios:

  1. Qué hermoso poder acompañar este día nevado con tus textos. Qué lindo es leerte, Olga.

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  2. Un análisis muy acertado de nuestra idiosincrasia salvaje que casi raya con la anarquía y la doble moral. Ahija escribes muy bien y acertadamente. Te mando muchos besitos a ti y tu muñequita.

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